miércoles, 4 de noviembre de 2009

LO BUENO SI BREVE, DOS VECES BUENO (MICRORRELATOS) PÀJAROS Y AMENAZAS.

Lejos de una ciudad, había un bosque en el que todos los objetos y animales que allí se encuentran, hablan.
De pronto apareció un hombre muy desorientado, practicamente perdido, con su hermosa espada. Caminando por el bosque se encontró con una pantera que amenazándolo le dijo:
- te devoraré
- peor para ti- dijo la espada.

lunes, 2 de noviembre de 2009

UN VIAJE INTERESANTE

Solange, una adolescente de 16 años, vivía en la ciudad de Córdoba y al término del ciclo lectivo iba a ir de vacaciones a Buenos Aires para visitar a su padre.
En el viaje, cerca de un pequeño pueblo, el colectivo se rompió. Quedaron varados en el lugar y debido a las largas horas de espera, Solange debió alojarse en un hotel.
Al día siguiente, cuando despertó la mañana estaba nublada, corrió las cortinas de la ventana y se sorprendió al ver el suelo repleto de cebollas. Cuando bajó a desayunar, todos se hacían la misma pregunta que ella, -¿Qué es lo que pasó?
Asombrada e intrigada, salió al patio para tratar de entender lo sucedido. Allí se encontró con un hombre, que mientras observaba las cebollas, hablaba solo. Al escucharlo, Solange se acercó y le preguntó: ¿Usted quién es? ¿Sabe lo que sucedió?-
Él le respondió:
-Me llamo Iván, soy el ambientalista "loco", como todo el mundo piensa. Si niña, la verdad es que yo sí sé lo que ocurrió: llovió sopa de cebollas. Es un fenómeno natural que yo ya había advertido. Pero nadie escuchó mi advertencia.
Ella, sorprendida con las respuestas, siguió haciéndole más y más preguntas. Y entonces comprendió el por qué de este hecho.
Iván le explicó que esto ocurría porque en ese pequeño pueblo, la gente no expresaba sus sentimientos. Entonces llovían cebollas del cielo, que era un fenómeno poco común en el mundo: para que todos pudieran desahogar sus penas y emociones llorando.
Después de la larga charla, Solange regresó adentro del hotel, y pudo comprobar la reacción de la gente del pueblo, fue tal cual el hombre se lo había explicado.
El ambientalista "loco" tenía razón y la lluvia de cebollas logró humanizar a los habitantes del pueblo. Por eso, Solange y sus compañeros de viaje organizaron una fiesta homenaje para Iván y al día siguiente continuaron su viaje con destino a Buenos Aires.